martes, 30 de junio de 2009

montes al sur

I
estamos cansados del silencio,
de la repetición,
del miedo a la muerte.
habría que desenraizar la mirada,
sacarla de la tierra
y del tiempo.

II
volvemos poco a poco al espacio,
con lentitud, con miedo.
vamos enterrando uno a uno los
incendios.

III
el tiempo no existe,
lo que hay son cuerpos, acontecimientos
actos que cimbran, pensamientos que terminan
en remolinos, terremotos,
en procesos de niebla.

IV
no hay presente, sólo hay esto:
un cuerpo representado por unas palabras
que él mismo escribe
donde estas palabras simbolizan mi ausencia
proyecto sombra como un monte creciendo en la nada.
siembro un lago en la parte más profunda del mundo.

V
en un espacio unos cuerpos se detienen.
se detienen.
la movilidad se condensa,
la luz se desplaza, se transfigura.
crece la humedad de la sombra,
poco a poco se va alzando el otro espacio.

VI
el paisaje fluye como una serie de murmullos,
es un lago subterráneo que se expande.
es una corriente que está ahí.
sombra del agua que alimenta la semilla de
otro mundo.

VII
yo estoy

VIII
-

IX
aquí estoy, escribiendo o
pensando o dibujando o perdiéndome
o caminando o en silencio
como en el adentro del cuerpo
de una mujer.

X
me enfrento al vacío, a mi vaciamiento,
que poco a poco va arrojando las palabras
en un gesto, aun sin quererlo, ceremonioso
me someto entonces a la renuncia

XI
sustraigo las imágenes,
la imagen por pasar,
la que viene.
queda este espacio.
queda este espacio abierto.

XII
sólo queda este movimieto,
este lento estar que es a veces frío,
aquí sólo permanece un unos nombres.

XIII
ensoñación

XIV
y ya está hecho.
el esfuerzo era necesario,
ese querer, ese desplazamiento.
sin saberlo, ya lo habíamos hecho.

XV
lo que está en la tierra es la presencia
de la semilla.

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